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sábado, marzo 11, 2006

El paria


Era un departamento frío y humedecido por la lluvia y alegrado por objetos de valor que formaban un espacio etéreo y muerto. Colores claros, luces indirectas, sólo el vestido de Olga, negro y la chompa roja de Tomás hacían contraste con el todo. Ambos contemporáneos, bordeando los 30 años. Ella una mujer de formas finas, delgada, casi calavérica, llevaba una vida de secretaria y le gustaba respirar el aire húmedo bajo la lluvia. Él, un tipo grueso, rubio y algo descuidado empeoraba socialmente cada vez más.
- Ábre el sobre, no dudes y lee lo que dice - dijo Tomás.
Ella abrió el sobre y leía para sus adentros, cuando él se levanto del sillón y le arrebató el papel bruscamente.
- "Agradecemos su preferencia, pero no es el tipo de narrativa que andamos buscando, sin duda encontrará una editorial que busque lo que..." Mierda, no aceptaron mi libro. - Dijo con calma sorprendente Tomás.
- No puedes pasarte el día encerrado escribiendo, tienes que hacer otras cosas, que hiciste hoy?
- Me serví frejoles para el almuerzo, dí vueltas por el departamento mirando el parquet, miré por la ventana, te esperé.
- Porqué me esperaste? - cuestionó Olga - Siempre es mas difícil cuando se espera.
- Quién te trajo a casa?
- Viola, estuve con ella. Me trajo su novio.
- No es cierto - Refutó él- Llamó media hora después que te fuiste, te manda saludos.
- No caeré en tus cuentos, siempre haces lo mismo. Estoy cansada, es tarde, vamos a la cama Tomás.
- Dime quién te trajo.
Se sentaron cerca, ella le acariciaba la espalda y jugaba con su pelo ahora sucio, mezclado con sudor nervioso, celoso. Los ojos de Olga despiertos como los de un lagarto y la mirada taciturna y apagada de él eran un blanco y negro.
- Ésto no es vida. Nadie nos visita, ni visitamos a nadie, no tenemos muchos amigos y los pocos que quedan están alejándose más. Si viene alguien a vernos te escondes en tu cuarto y si sales estas sentado como una momia sin decir nada. Nos conocemos desde el colegio y lo único que haces siempre es quedarte dentro, no se vive de esa manera, ya no quieres ni ir a comprar la comida.
- Quién te trajo?- La miró con rabia escondida, inseguro de sí mismo.
- Me trajo Paté, me fuí al cine con él, estuvimos dando vueltas con su auto, conversando, él me trajo.
- Porqué te tardaste en su auto?
- Conversamos un momento- Olga se levanta de su asiento y va a mirar la lluvia a través de la ventana - Ahora estás contento?
- Es verdad?- Tomás sudaba sin perder la calma, la amaba.
- Claro que no. Sólo bromeo, ya te dije que estuve con Viola y me trajo su novio.
- Siempre mientes, lo sé. Te reconozco cuando mientes, no tienes que vivir más conmigo si no lo quieres. Vete a ser libre, yo cuidaré de nuestra hija.
- En serio?- Preguntó ella, insegura de la actitud- Entonces me voy.
Olga tomó un par de chompas y ropa interior de un cajón, los puso en una mochila y se acercó a la puerta, volteó y lo miró. Él tirado en la cama, indefenso, la duda que lo consumía se reflejaba en su respiración agitada. Ella salió, tirando la puerta y él pensó en ella. Al cabo de una hora, ella regresa con una maleta mas grande y vacía. El pregunta:
- Que estás haciendo?
- Lo que ves, empacando unas cosas mas. Me voy para siempre.
- No es verdad, no lo hagas. Estamos casados, nos conocemos desde siempre- Pidió él con mirada temblorosa, agónica, el estertor de su vida olía a crudo.
- He llamado a Paté, le he dicho que me lleve a su casa, está en el pasillo- dijo ella, mientras ordenaba unos trapos en la valija- Ven a verlo, conócele.
- Es mentira, yo te amo. No puedes dejarme así, siempre viviríamos juntos.- Dijo él mientras la seguía a la puerta. Ella, resuelta abrió la puerta y le llamó:
-Paté! Ven, te presento a Tomás, es mi esposo, mi pesadilla. Huiremos de él.
Paté se acercó y se paró en la puerta, con ánimo cansado y despreocupado. Tomás atinó a mirarle nerviosamente, incrédulo de la situación y siguió implorando.
- No te vayas Olga, todo es un malentendido, hablemos.
- Todo esta dicho. Me voy con Paté a vivir lejos de tí. No te aguanto, entiendes? - Lo encaró con ferocidad- No soy feliz aquí, eres un escritor de mierda. Sí! míralo Paté, pasé viviendo 6 años con Tomás, no sale nunca a la calle, a mí me parece que le tiene miedo a la gente. Le tiene miedo a todo. Sólo quiere estar adentro del departamento y escribir, que ahora todos sabemos que no debe escribir tan bien ya que hoy otra editora lo rechazó, y es la novena vez que sucede. No quiere hacer otra cosa y es un escritor mediocre.
Tomás dudó en responder, y la vergüenza lo cegó, les dió la espalda y se apoyó en el cochecito de la bebé. Miraba a ambos lados desesperado, ametrallado por palabras atroces, descorazonadoras, lastimeras. Y ella arremetió nuevamente:
- Voltea cobarde, da la cara, mira a Paté, es un hombre de verdad. Sí! Si hicimos el amor muchas veces si es lo que te interesa. Es un hombre con pasión. Y también entérate que lo hicimos hoy en su auto cuando me trajo a casa. Da la cara,te digo!!
Tomás seguía petrificado, cerraba los ojos con furia, y fruncía los labios de impotencia, su carácter pusilánime le vencía. Paté seguía mirando la escena y Olga sin dar marcha atrás con el ataque cogió a Tomás de un hombro y le volteó con fuerza. Tomás miró a Paté, y éste a su vez le miró con calma, como si no pasara nada, tenía lástima por él. Ella arremetió:
- No le tengas miedo, míralo a la cara, él me va a sacar de aquí, me hará feliz de verdad. Nos llevaremos a Camila, también, él sera su nuevo padre. No quiero verte jamás. Mañana vendré por las cosas que falta llevarme.
Tomás herido hasta no poder mas, atinó a caminar hasta la puerta de su habitación, antes de cerrar la puerta, preguntó con resignación devastada:
- A qué hora vendrás por tus cosas, mañana?
- Vendré con Paté en su camioneta por la mañana, estoy segura que estarás aquí, escribiendo páginas inservibles.
Tomás cerró la puerta suavemente. Olga y Paté se miraron, sonrieron, se abrazaron acariciándose la espalda.
- Te amo, Paté. Nos largaremos de este lugar y de este poco hombre con sus escritos. Seremos felices y nos cuidaremos siempre, no volveremos a ver más a Tomás.
- Seremos felices, es cierto. Coge tu valija y vámonos que es tarde, mañana vendremos por el resto.
-Claro, vámonos de aquí.- Dijo ella, con mirada perdida, casi vacía, como mirada de animal muerto, mientras cogía unas fotos de un cajón y las miraba una a una lentamente, casi hipnotizada.- mañana será un día nuevo.
- No es momento de ver fotos, sólo coge lo imprescindible para hoy y mañana.
Ella, respondió afirmativamente <> mientras tocaba un adorno de bronce y lo observaba con admiración, ahora dudaba llena de melancolía:
- Es extraño Paté. No compramos muchas cosas durante estos años, sin embargo lo poco que teníamos me retiene aquí.
- De que hablas? Estas cansada.
- Claro, amor. Vámonos, enseguida. - Observaba una pintura de un viejo con una botella de cerveza- Estas cosas son nuestras. Me retienen. Después de todo Tomás nunca fué malo conmigo. Él siempre se preocupó por mí. Siempre fué bueno... siempre fué bueno conmigo.
- A qué viene todo ésto? Te vienes conmigo o no? Es tarde.
- Claro, te amo Paté. Quiero irme contigo, te amo, no sé si esté preparada sin embargo para abandonar todo esto. Tomás nunca me hizo daño, siempre me amo. Y yo no sé si le amo. No lo odio, él siempre me quiso.
- Es bueno saber antes de irnos que no estás segura de tu amor ni por mí ni por Tomás. Será mejor que no nos veamos nunca más, Olga.- Dijo Paté con despecho, dió unos pasos y se fué, ante los gritos de ella:
- Paté!! No te vayas!....- Esperó inútilmente una respuesta- Regresa!!
La niña comenzó a llorar, despertada por los alaridos de la madre desde su cochecito. Olga atinó a arrullarla, la cargó, la miró y la abrazó, eran las 3 de la madrugada, y no habían mas ruidos que el llanto de Camila y las gotas de lluvia estrellándose en el asfalto de la calle.
Ella pensó en Tomás, mientras contemplaba muda a Camila. <> pensó. Dejó a la niña en su cochecito y caminó lentamente a la habitación de ambos, a donde se había retirado Tomás. Abrió la puerta, y entró lentamente. La ventana abierta dejaba entrar silbidos de la ventisca y lluvia triste. Se acercó a la ventana, miró el horizonte ahora negro por la noche, su mirada buscaba a Tomás, y cuando la bajó vió el cuerpo ahora inerte de Tomás que yacía sobre el asfalto, y a su lado mirándole contrariado estaba parado Paté, quien levantó la mirada y vió horrorizada, con la boca abierta y los ojos húmedos de miedo, a Olga.

5 comentarios:

sapel78 dijo...

Buena historia !! pense que se iria sin mas ni mas , pero no , las mujeres son siempre inesperadas

De donde sacaste ese nombre "Pate"?? O_o plop!

reds dijo...

El amor y sus esclavitudes, el amor y sus mejores páginas que se escriben solas, ay ay ay, muy triste historia, pobre Camila...

Rolando Escaró dijo...

muy buena historia!

Deicidio dijo...

Gracias muchachos.
Paté es un pata del taco, el Chino Paté. Y Camila es la hija de Bayli. Los personajes se parecen a sus inspiraciones.

Dragón del 96 dijo...

Mas que ver a Paté, la mujer o Camila... me identifico mucho con Tomás... por lo del escrito, eh!!!