Babasónico puto!

Hace un semestre aproximadamente vinieron a Lima, Los Babasónicos de Argentina. Me vacilaban tanto que no podía perderme la oportunidad de verlos en vivo. La Negra ya se había memorizado algunas lentas, de tanto que las ponía en la compu. Incluso le gustaba el cantante Dargelos, que es mas feo que mi rabo peludo pero "tiene su atractivo, tiene personalidad" como decía La Negra.
Cenamos una pizza antes, y nos zasonamos con un par de jarras de chela. El Marìa Angola era el punto, las flacas en la puerta chupando sus latas, los broders estoneandose y una negra caramelera peleàndose con un sereno, le daban ambiente a la noche babasónica.
Entramos a VIP, y le ví el rabo redondito a Flavia Montero, también le ví la panzota redondita (embarazada) a la sobrina de Hildebrandt. No ví puestos de chelas y me hincó en los huevos, la desazón. Luego de preguntar, el chongo era contactar con los mozos para que te traigan las chelas. Nos tomamos un par, salieron unos mongoloides a telonear, más era lo que aburrían que lo que animaban. Nos tomamos un par de fotos con el celu, quise tomarle una a la Montero pero la Negra no me sacaba la vista de encima, con tanto rabo redondo alrededor, ni coja.
Salieron los Babasónicos y las perras se volvieron locas, los patas prendieron la roja, y otros sacaron las digitales. Estaba todo chonguero, las canciones eran las últimas pero de vez en cuando se tocaban unos clásicos, entonces yo movía la panza al ritmo de la música, y La Negra alzaba los brazos y cantaba como una degenerada.
Entonces comienzo a notar, que el hijo de puta del primera guitarra comienza a coquetearle a la negra, bueno, no hacía màs que mirarla detenidamente e incansablemente, pero no le guiñaba el ojo ni le sacaba la lengua como viejo verde. Y yo lo miraba, luego la miraba a ella, y ella de vez en cuando lo chequeaba al gaucho cabrón, que estaba vestido como Ciro Taipe. "No hago nada, que me miras a mí" me explicaba ella.
El concierto se me vino abajo, bajo la mirada unos segundos, luego vuelvo a mirar al guitarrista y seguía tocando la viola mientras quería violarse a mi Negra, se meneaba para aquí y para allá y no le sacaba el ojo a La Negra, y la Negra sacaba màs culo, y sonreía como Fan enamorada a Servando. Me ahueveé y le dí 10 lucas al mozo para dos chelas. Me fuí al baño a chorrear y esperar las chelas, cuando llegó, me las zampé en una, y regresé mas loco al lado de La Negra, ví que èste par de pendejitos estaban llegando muy lejos, y pa concha yo había pagado las entradas (no jodas pues!) Entonces comencé a chaparmela rico a La Negra y le mostraba el dedo medio al argentino. El hijo de Susana Giménez seguía sonriendo como stone, entonces me agarré el pantalón y me zamaqueé el camote, mnostrándoselo, pero él ni se inmutaba. Entonces me llegó al repincho y le comencé a gritar ¡Hijo de puta, argentino hijo de perra! Las Malvinas son inglesas! Tu viejo es Cattone! Tocas peor que Aguamarina,hijo de la Pradón!
Las miradas de las potonas se resumían en un "que le pasa a este estúpido?" Y dos 911 vinieron a darme una advertencia, los mandé a la mierda pero a ellos no les importaba mucho, tocaban mi canción preferida "Sàtiro" y la Negra movía los pechereques como anticuchera en media pollada, y me llegó al huevo derecho y me subí,de un par de saltos felinos al escenario con mi cuchillo de pan que llevo para defenderme de los choros, y lo empujé al suelo al hijo de puta, y su guitarra desentonó la canción, seguía siendo mi preferida. Al cantante le llegaba el huevo, él seguía con sus bailes extraños y la Negra gritaba como la flaca de Piscosis en la ducha. Le dí de guitarrazos en la cara hasta deformarlo, el me pellizcaba los brazos como maricón pero nada me importaba, entonces le dí mas fuerte, a lo "Irreversible", me paré y el cabrón estaba con la cabeza que mas bien parecía una bolsa de tunas podridas y mascadas, veo a La Negra y seguía como gata en celo gritando, las perras potonas y Flavia Montero seguían bailando con sus broders, y los demás Babasónicos estaban tan stones que ni cuenta se dieron, los 911 estaban tomando sus anfetas mientras se tocaban los brazos unos a otros, distraídos.
Antes de bajarme, desenchufé y me llevé su guitarra, salí por detrás del escenario, tomé unas botellas del camerino y me fuí, algunas perras me pidieron autógrafos pero yo les agarré una teta y me fuí a la calle. En mi casa ví la guitarra "Que buena viola carajo, piña pues"
La Negra no me habló en un mes, me colgaba el fono y no quería salir conmigo. pero luego nos amistamos y me confesó que si no hubiera hecho eso talvez se hubiera ido a Argentina a vivir con él, o talvez solo quería chupar con él en el camerino. Aceptó que si no lo desgraciaba al pata, me podía haber dejado.
Lo hice por nosotros, Negrita mía.