La vieja raspadilla

Nunca me gustaron esas viejas que se pintan el pelo de rojo pasión, o naranja holanda, guinda pasas, o marrón caca, me encanta ver una buena anciana con sus canas a lo antiguo, mostrando su realidad, que son humanas y envejecen, al menos no se quedan peladas como los hombres, sino que les salen pelos graciosos albos y se los pintan de esa manera de colores encendidos como cindy Lauper, son viejas fumonas supongo, igual me llegan al huevo desde hace años que salió esta moda, mis dos abuelas se pintan de negro, talvez tenga que ver mi opinión con eso, sin huevadas es la voz.
Bueno, siempre le decía a la Negra cuanto las odiaba, bueno solamente no las pasaba a las ancianas estas con las cabezas como raspadillas, teniamos un juego: "Cuál sería la manera mas atroz con la que matarías a una de las viejas raspadillas?" y salían las respuestas; le quitaría la piel, ella decía que no tenía iamginación pero para seguir mi huevada la cortaría poco a poco con tijeras sin filo, mierda como me gustó esa, pero yo creo que aluciné una mejor, y bueno hasta que un día hueveando por la ciclovía me encontré con una de vieja de estas que tenía el pelo color rojo menstruación, tenía la cabeza morada como la de un payaso pero se computaba distinguida y me pidió la hora la pendeja coquetamente, siempre la misma huevada, a los monstruos solo nos piden la hora las viejas pellejas, bueno ya que la vieja se puso coqueta me aproveché y la llevé a mi jaus a un par de cuadras, no tenía huevos para tocarla pero la ilusioné con artimañas y llegando a la cocina le ofrecí un jugo de fresas para refrescarnos en este verano, aceptó y no tuve ideas para desgraciarla así que saqué un ronsoco y la enmoté, la embadurné por dentro de alcohol y le dije que saque una de las fresas del fondo de la licuadora porfa, cuando metió el brazo la vieja celulítica, se lo retuve y prendí la licuadora a toda velocidad haciendo un jugo de fresa mas rojo del esperado, también mas espeso.
La vieja gritaba tanto que le metí un sartenazo con concha, y cayó al suelo, saqué el cuchillo de pan y la desmembré y la licué, pensé en tomármela como cremolada pero la vieja resultó mucho jugo y se lo dí a mi doberman como sopa, le puse varios platos de "vieja raspadilla con piña" disfrutamos de una tarde placentera como aquellas de verano, putamadre que rico cae un juguito con este sol abrasador, faltan hielitos, voy al grifo y vuelvo mientras mi perro va tomando su sopita raspadillón.