Danza ciega

En Domingao do Faustao hace unas semanas ví un segmento donde presentaban a una brasileña profesora de danza que en un arranque de filantropía y un amor tan grande se propuso enseñarles danza contemporánea y ballet a chicos y chicas invidentes, todos ellos negados de ver la luz del sol, la sonrisa en la carita de un niño, ver la soledad del anciano, o verse en el espejo podrían aprovechar su tiempo y algunos cumplir su sueño de bailar esas notas que yo no conozco bien pero se les veía muy felices a los muchachos, las chicas sonriendo a mas no poder en su presentación en el programa haciendo la coreografía que la maestra, tan joven como ellos, les había enseñado, al ritmo de otra invidente tocando un órgano nada ciego. Las morenas danzaban sonrientes como niños en el recreo, sintiendose observados, queridos, y sonreían y bailaban y la profesora lloraba al verlos, lloraba de alegría, conmovida por las palabras del cerdo Faustao, que la felicitaba y el público aplaudía su amor infinito por lo humano.
Si hubiera mas gente como esa profe que lamentablemente no pude entender su nombre, y discúlpenme si exactamente no sé porqué hizo tal cosa, pero a lo que uno entiende de portugués pude sacar que era una gran chica con un corazón del tamaño del Estadio Monumental, digo, si hubiera mas gente como ella éste mundo no estaría como está, en vez de que Alan se pajee en las noches pensando en pasar a segunda vuelta con Ollanta, ó si dejáse yo de chupar y me iría a un asilo a limpiarle el rabo a unos viejitos, o trabajo de voluntario en cualquier cosa. Y eso que trabajar con ciegos no es fácil, ahora enseñarles a bailar, que cosa, y coreografías y todo, y la paciencia y el tiempo, que gran mujer.
Dicen que el tiempo no alcanza sin embargo estamos escribiendo en nuestros blogs, de alguna manera perdiendo el tiempo, compren un menú y regalenlo a un indigente del parque, donen sus cosas cuando el colorado y la teletón lo pidan, donen sus huevos si es necesario, pongámonos en último lugar. Yo por ejemplo iba a donar unos útiles usados que tenía, lápices, borradores, reglas un culo de cosas para esta campaña de útiles para escolares pobres, pero los muy cabrones querían útiles nuevos, me llego al huevo derecho, pero pensandolo bien, cuánto cuesta un lapicero barato? y unos lápices? putamadre a la librería con diez soles y que estudien esos chibolos para que cambien la patria ya que nuestra generación no se cambia ni de calzoncillo, y no hicimos mucho. Ahora se viene el frío en unos meses y en algunas provincias se van a morir de frío literalmente así que no escatimen en mandar sus casacones y frazadas en vez de que se estén hongueando en el clóset, manden todo carajo, acuérdense de Gandhi, vamos al final de la fila, no importa nada. Para nosotros nada, para ellos todo, ya nos tocará a nosotros, a mípor ejemplo talvez me toque como borracho cuando viejo estar sentado en la grada de una iglesia recibiendo nada más que miradas de asco y desprecio, yo sé que las limosnas son fáciles pero ayuden de cualquier manera. Bueno, sólo quería compartir el gesto ejemplar de esta brasileña.