Era un departamento frío y humedecido por la lluvia y alegrado por objetos de valor que formaban un espacio etéreo y muerto. Colores claros, luces indirectas, sólo el vestido de Olga, negro y la chompa roja de Tomás hacían contraste con el todo. Ambos contemporáneos, bordeando los 30 años. Ella una mujer de formas finas, delgada, casi calavérica, llevaba una vida de secretaria y le gustaba respirar el aire húmedo bajo la lluvia. Él, un tipo grueso, rubio y algo descuidado empeoraba socialmente cada vez más.
- Ábre el sobre, no dudes y lee lo que dice - dijo Tomás.
Ella abrió el sobre y leía para sus adentros, cuando él se levanto del sillón y le arrebató el papel bruscamente.
- "Agradecemos su preferencia, pero no es el tipo de narrativa que andamos buscando, sin duda encontrará una editorial que busque lo que..." Mierda, no aceptaron mi libro. - Dijo con calma sorprendente Tomás.
- No puedes pasarte el día encerrado escribiendo, tienes que hacer otras cosas, que hiciste hoy?
- Me serví frejoles para el almuerzo, dí vueltas por el departamento mirando el parquet, miré por la ventana, te esperé.
- Porqué me esperaste? - cuestionó Olga - Siempre es mas difícil cuando se espera.
- Quién te trajo a casa?
- Viola, estuve con ella. Me trajo su novio.
- No es cierto - Refutó él- Llamó media hora después que te fuiste, te manda saludos.
- No caeré en tus cuentos, siempre haces lo mismo. Estoy cansada, es tarde, vamos a la cama Tomás.
- Dime quién te trajo.
Se sentaron cerca, ella le acariciaba la espalda y jugaba con su pelo ahora sucio, mezclado con sudor nervioso, celoso. Los ojos de Olga despiertos como los de un lagarto y la mirada taciturna y apagada de él eran un blanco y negro.
- Ésto no es vida. Nadie nos visita, ni visitamos a nadie, no tenemos muchos amigos y los pocos que quedan están alejándose más. Si viene alguien a vernos te escondes en tu cuarto y si sales estas sentado como una momia sin decir nada. Nos conocemos desde el colegio y lo único que haces siempre es quedarte dentro, no se vive de esa manera, ya no quieres ni ir a comprar la comida.
- Quién te trajo?- La miró con rabia escondida, inseguro de sí mismo.
- Me trajo Paté, me fuí al cine con él, estuvimos dando vueltas con su auto, conversando, él me trajo.
- Porqué te tardaste en su auto?
- Conversamos un momento- Olga se levanta de su asiento y va a mirar la lluvia a través de la ventana - Ahora estás contento?
- Es verdad?- Tomás sudaba sin perder la calma, la amaba.
- Claro que no. Sólo bromeo, ya te dije que estuve con Viola y me trajo su novio.
- Siempre mientes, lo sé. Te reconozco cuando mientes, no tienes que vivir más conmigo si no lo quieres. Vete a ser libre, yo cuidaré de nuestra hija.
- En serio?- Preguntó ella, insegura de la actitud- Entonces me voy.
Olga tomó un par de chompas y ropa interior de un cajón, los puso en una mochila y se acercó a la puerta, volteó y lo miró. Él tirado en la cama, indefenso, la duda que lo consumía se reflejaba en su respiración agitada. Ella salió, tirando la puerta y él pensó en ella. Al cabo de una hora, ella regresa con una maleta mas grande y vacía. El pregunta:
- Que estás haciendo?
- Lo que ves, empacando unas cosas mas. Me voy para siempre.
- No es verdad, no lo hagas. Estamos casados, nos conocemos desde siempre- Pidió él con mirada temblorosa, agónica, el estertor de su vida olía a crudo.
- He llamado a Paté, le he dicho que me lleve a su casa, está en el pasillo- dijo ella, mientras ordenaba unos trapos en la valija- Ven a verlo, conócele.
- Es mentira, yo te amo. No puedes dejarme así, siempre viviríamos juntos.- Dijo él mientras la seguía a la puerta. Ella, resuelta abrió la puerta y le llamó:
-Paté! Ven, te presento a Tomás, es mi esposo, mi pesadilla. Huiremos de él.
Paté se acercó y se paró en la puerta, con ánimo cansado y despreocupado. Tomás atinó a mirarle nerviosamente, incrédulo de la situación y siguió implorando.
- No te vayas Olga, todo es un malentendido, hablemos.
- Todo esta dicho. Me voy con Paté a vivir lejos de tí. No te aguanto, entiendes? - Lo encaró con ferocidad- No soy feliz aquí, eres un escritor de mierda. Sí! míralo Paté, pasé viviendo 6 años con Tomás, no sale nunca a la calle, a mí me parece que le tiene miedo a la gente. Le tiene miedo a todo. Sólo quiere estar adentro del departamento y escribir, que ahora todos sabemos que no debe escribir tan bien ya que hoy otra editora lo rechazó, y es la novena vez que sucede. No quiere hacer otra cosa y es un escritor mediocre.
Tomás dudó en responder, y la vergüenza lo cegó, les dió la espalda y se apoyó en el cochecito de la bebé. Miraba a ambos lados desesperado, ametrallado por palabras atroces, descorazonadoras, lastimeras. Y ella arremetió nuevamente:
- Voltea cobarde, da la cara, mira a Paté, es un hombre de verdad. Sí! Si hicimos el amor muchas veces si es lo que te interesa. Es un hombre con pasión. Y también entérate que lo hicimos hoy en su auto cuando me trajo a casa. Da la cara,te digo!!
Tomás seguía petrificado, cerraba los ojos con furia, y fruncía los labios de impotencia, su carácter pusilánime le vencía. Paté seguía mirando la escena y Olga sin dar marcha atrás con el ataque cogió a Tomás de un hombro y le volteó con fuerza. Tomás miró a Paté, y éste a su vez le miró con calma, como si no pasara nada, tenía lástima por él. Ella arremetió:
- No le tengas miedo, míralo a la cara, él me va a sacar de aquí, me hará feliz de verdad. Nos llevaremos a Camila, también, él sera su nuevo padre. No quiero verte jamás. Mañana vendré por las cosas que falta llevarme.
Tomás herido hasta no poder mas, atinó a caminar hasta la puerta de su habitación, antes de cerrar la puerta, preguntó con resignación devastada:
- A qué hora vendrás por tus cosas, mañana?
- Vendré con Paté en su camioneta por la mañana, estoy segura que estarás aquí, escribiendo páginas inservibles.
Tomás cerró la puerta suavemente. Olga y Paté se miraron, sonrieron, se abrazaron acariciándose la espalda.
- Te amo, Paté. Nos largaremos de este lugar y de este poco hombre con sus escritos. Seremos felices y nos cuidaremos siempre, no volveremos a ver más a Tomás.
- Seremos felices, es cierto. Coge tu valija y vámonos que es tarde, mañana vendremos por el resto.
-Claro, vámonos de aquí.- Dijo ella, con mirada perdida, casi vacía, como mirada de animal muerto, mientras cogía unas fotos de un cajón y las miraba una a una lentamente, casi hipnotizada.- mañana será un día nuevo.
- No es momento de ver fotos, sólo coge lo imprescindible para hoy y mañana.
Ella, respondió afirmativamente <
- Es extraño Paté. No compramos muchas cosas durante estos años, sin embargo lo poco que teníamos me retiene aquí.
- De que hablas? Estas cansada.
- Claro, amor. Vámonos, enseguida. - Observaba una pintura de un viejo con una botella de cerveza- Estas cosas son nuestras. Me retienen. Después de todo Tomás nunca fué malo conmigo. Él siempre se preocupó por mí. Siempre fué bueno... siempre fué bueno conmigo.
- A qué viene todo ésto? Te vienes conmigo o no? Es tarde.
- Claro, te amo Paté. Quiero irme contigo, te amo, no sé si esté preparada sin embargo para abandonar todo esto. Tomás nunca me hizo daño, siempre me amo. Y yo no sé si le amo. No lo odio, él siempre me quiso.
- Es bueno saber antes de irnos que no estás segura de tu amor ni por mí ni por Tomás. Será mejor que no nos veamos nunca más, Olga.- Dijo Paté con despecho, dió unos pasos y se fué, ante los gritos de ella:
- Paté!! No te vayas!....- Esperó inútilmente una respuesta- Regresa!!
La niña comenzó a llorar, despertada por los alaridos de la madre desde su cochecito. Olga atinó a arrullarla, la cargó, la miró y la abrazó, eran las 3 de la madrugada, y no habían mas ruidos que el llanto de Camila y las gotas de lluvia estrellándose en el asfalto de la calle.
Ella pensó en Tomás, mientras contemplaba muda a Camila. <
5 comentarios:
Buena historia !! pense que se iria sin mas ni mas , pero no , las mujeres son siempre inesperadas
De donde sacaste ese nombre "Pate"?? O_o plop!
El amor y sus esclavitudes, el amor y sus mejores páginas que se escriben solas, ay ay ay, muy triste historia, pobre Camila...
muy buena historia!
Gracias muchachos.
Paté es un pata del taco, el Chino Paté. Y Camila es la hija de Bayli. Los personajes se parecen a sus inspiraciones.
Mas que ver a Paté, la mujer o Camila... me identifico mucho con Tomás... por lo del escrito, eh!!!
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